Los errores marcan vidas y negocios
- Dan Martinez
- 18 ago
- 3 Min. de lectura
Actualizado: hace 2 días

¿Alguna vez has cometido un error que te marcó para toda la vida?
En la montaña rusa de la vida —y especialmente de los negocios— se suele decir que cuanto más rápido erres, mejor, porque aprenderás y avanzarás con mayor agilidad. Pero la realidad es que hay errores que no solo duelen: cuestan años, relaciones, dinero y hasta reputación.
Son esos momentos donde una mala decisión, muchas veces impulsada por inconsciencia, ignorancia o ego, puede cerrar la puerta a una oportunidad que no volverá.
Para ilustrarlo, aquí tres ejemplos reales de errores que costaron negocios multimillonarios:
1. Kodak: La negación de lo inevitableEn 1975, un ingeniero de Kodak inventó la primera cámara digital. Pero la empresa, líder en fotografía analógica, decidió no desarrollarla por miedo a canibalizar su negocio principal. Años después, empresas como Canon, Sony y Nikon dominaron el mercado digital, mientras Kodak se declaró en bancarrota en 2012.
2. Blockbuster rechazó comprar NetflixEn el año 2000, Reed Hastings ofreció venderle Netflix a Blockbuster por 50 millones de dólares. La empresa lo consideró irrelevante. Años después, Blockbuster se extinguió y Netflix se convirtió en un gigante del entretenimiento global, valorado en más de 150 mil millones de dólares.
3. Yahoo: el no a Google y FacebookYahoo tuvo dos oportunidades clave: comprar Google en 1998 por un millón de dólares, y Facebook en 2006 por mil millones. En ambos casos, se negó. Hoy Google y Facebook dominan el mundo digital. Yahoo, en cambio, es un recuerdo borroso de lo que pudo ser.
Los errores marcan vidas y negocios. Pero los errores devastadores no ocurren solo en las grandes empresas. En la vida personal, hay decisiones que también dejan marcas difíciles de borrar: la traición a una pareja, el abandono de una familia, el fraude a un amigo. Son actos que no solo dañan a otros: te lastiman a ti mismo, generando un peso emocional y espiritual que puede acompañarte por años o toda la vida.
Por eso, aunque errar sea parte del crecimiento, también es cierto que el margen de error debe reducirse a medida que maduras. Y eso solo se logra tomando decisiones con más conciencia, desde la estabilidad emocional y con una visión clara de lo que está realmente en juego.
Antes de decidir, pregúntate:¿Cuál es mi costo de oportunidad?
El costo de oportunidad no siempre se ve, pero siempre se siente.Es aquello que dejas de ganar, vivir o construir por elegir mal, por postergar, o por no actuar cuando era el momento.
A veces es un negocio. A veces una relación. Y muchas veces... es tu propia paz interior.
Lo más trágico no es equivocarse. Lo verdaderamente doloroso es no haber tenido el coraje de renunciar a lo fácil, lo rápido y lo efímero, para apostar por lo que realmente vale la pena: lo duradero, lo profundo, lo que deja huella.
Gran parte de los errores en la vida no vienen por ignorancia, sino por falta de disciplina, por dejarse llevar por la emoción del momento o por no tener clara una visión que trascienda.
Porque al final, no todo lo que brilla es oro.
Y no todo lo que cuesta es un sacrificio… muchas veces es una inversión en la vida que quieres construir.
Así que sí, equivocarse es humano. Pero vivir dormido, actuar sin conciencia o postergar lo importante, tanto en la vida como en los negocios puede salir demasiado caro.
¿Tu que opinas?
@alexgfandino
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